¡¡¡ B I E N V E N I D @ S !!!


El objetivo de este blog es la orientación familiar en Habilidades Sociales, es decir, está dirigido a padres (preferiblemente de adolescentes)con el fin de informar sobre todo lo relacionado con dichas habilidades, así como de su importancia y de las estrategias necesarias para fomentarlas en el núcleo familiar.



1.- HH.SS.: LA ESCUCHA ACTIVA

        En esta página haremos referencia a una habilidad básica en la comunicación humana: la escucha activa.

        A veces los padres no consiguen descubrir los deseos o necesidades de sus hijos, no suelen prestar el tiempo suficiente a escuchar u observar que es lo que su hijo solicita, por lo que intentan compensar con interrogatorios que de ningún modo transmiten al niño que se ha comprendido sus sentimientos, emociones o preocupaciones.

        La escucha activa es la única forma de conectar con el niño y de entrar en su mundo. Nos permite comprender a nuestros hijos y acceder a esa personalidad que se está formando. Nos ayuda a transmitir al niño, que le comprendemos y le respetamos. Facilita que el niño se sienta con más confianza, al ser escuchado.

        La escucha activa es una habilidad que desarrolla la capacidad de empatía hacia los demás, esto significa que aprendemos a ponernos en el lugar del otro cuando habla, y no sólo oír lo que nos dice sino, y lo más importante, imaginar cómo se siente y los motivos o necesidades que le inducen a decir lo que dice. La empatía es mucho más que la simpatía (caer bien o ser agradable), es la capacidad de hacer que la otra persona sienta que reconocemos sus sentimientos y respetamos sus motivos.

        Para trabajar esta habilidad, debemos regirnos por un principio básico: LA ACEPTACIÓN.


ASPECTOS A TENER EN CUENTA
EN LA ESCUCHA ACTIVA

        Hay una serie de aspectos que son necesarios saber para comprender la escucha activa, entre ellos:


a) Lo emocional frente a lo racional

        Hay dos aspectos psicológicos en el ser humano:

– Nuestra parte RACIONAL: conjunto de ideas, pensamientos, creencias, conocimientos, etc.

– Nuestra parte EMOCIONAL: conjunto de sensaciones, sentimientos y emociones.

       
        La Escucha Activa atiende primero a la parte emocional del que habla, posteriormente lo escuchado se racionaliza.


Con los siguientes ejemplos se puede captar la forma activa de escuchar:

Ejemplo 1. Un niño/a llega a casa de la escuela diciendo: “Odio la escuela, no voy a ir más”.

        La reacción típica de los padres suele ser: “¡Cómo, que dices! ¿Cómo que no quieres ir? A la escuela vas aunque te tenga que llevar yo. Es por tu bien”. (Aquí los padres han racionalizado el mensaje del hijo/a. Su respuesta es racional).

        La reacción desde la Escucha Activa podría ser: “Parece que hoy has tenido un día malo en la escuela, ¿no es cierto, hijo/a?, cuenta, ¿qué ha ocurrido?” (Aquí los padres “escuchan” el mensaje emocional del hijo/a y responden emocionalmente). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente.




Ejemplo 2. Un niño/a les comenta a sus padres: “Me han castigado hoy en la escuela”.

        Una reacción frecuente en los padres suele ser: “¿Qué es lo que hiciste tú?”; o esta otra: “Probablemente te lo merecías”. (Respuesta racional).

        La reacción desde la Escucha Activa podría haber sido: “Me imagino que te sentirías mal, ¿quieres contarme lo que ocurrió?”. (Reacción emocional). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente.



        Podemos definir la ESCUCHA ACTIVA como la forma de escuchar en la que el receptor (el que escucha) trata de entender lo que siente el transmisor (el que habla), o lo que significa el mensaje. Posteriormente expresa con palabras lo que comprendió y lo transmite para que el transmisor lo verifique. El receptor no manda un mensaje propio, como sería el caso de una evaluación, opinión, consejo, reproche, análisis, etc.; sino que transmite lo que piensa que significa el mensaje del otro.



b) La forma y las actitudes de la Escucha Activa

        Resumimos algunos aspectos de la forma y las actitudes que hay que tener para escuchar activamente al otro:

La forma activa de escuchar:

• Ayuda a que los niños tengan menos miedo de sus sentimientos negativos.
• Promueve una relación cálida entre padres e hijos.
• Facilita que el niño resuelva sus problemas.
• Influye para que el niño sienta más deseo de escuchar las ideas y pensamientos de sus padres.
• Hace que “el niño sea el que habla”.


Actitudes básicas:

• Debe desear escuchar lo que el niño tiene que decir.
• Debe desear ser de ayuda para él, para resolver ese problema en particular.
•Debe poder aceptar sus sentimientos.
•Debe tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus sentimientos, para trabajar en ellos y para encontrar soluciones a sus problemas.
•Debe estar consciente de que los sentimientos son transitorios.
•Debe poder ver al niño como alguien aparte de usted.
•Debe tener una gran capacidad de paciencia.



c) La aceptación

        Para poder realizar una escucha activa es necesario tener una buena capacidad de aceptación del otro. El grado de aceptación que muestra un padre hacia su hijo está influido por:

– Las características del padre (“aceptante”/“rechazante”).
– Las características del niño.
– El estado de ánimo de los padres en un momento dado y la situación en la que se encuentran.


        Por otro lado tenemos padres que, conscientes o no, están desarrollando una FALSA ACEPTACIÓN hacia sus hijos. Ésta se da cuando algunos padres fingen aceptar parte de la conducta de sus hijos. Suele ser tan poco beneficiosa como el rechazo o la no aceptación.

        De modo que, es mejor no tratar de ensanchar su área de aceptación más allá de lo que sus verdaderas actitudes alcanzan. Mejor que fingir, es darse cuenta de cuándo no está uno en actitud de aceptación y expresarlo.

        La aceptación es algo que surge de dentro,  pero para que influya en la otra persona debe     comunicarse o demostrarse activamente. De este modo, el padre eficaz debe aprender a comunicar esta aceptación y adquirir la misma habilidad para comunicarse. Debe aprender a hablar de una forma “constructiva”.


        La aceptación la podemos comunicar por medio de formas verbales y no verbales:


-      Formas no verbales.

        La aceptación la podemos comunicar por medio de dos formas no verbales, siendo éstas:

                                          · La no intervención.
                                          · El silencio.


-      Formas verbales.

        A la hora de expresar la aceptación verbalmente podemos utilizar respuestas negativas o positivas sobre la relación padres-hijo, siendo:

       RESPUESTAS NEGATIVAS

1. Orden, dirección, mandato.
2. Advertencia, amonestación, amenaza.
3. Exhortación, sermón, lección.
4. Conferencias, enseñar, dar argumentos lógicos.
5. Juzgar, criticar, culpar, estar en desacuerdo.
6. Poner apodos, ridiculizar, avergonzar.
7. Interpretar, analizar, diagnosticar.
8. Apartar, distraer, entretener.

      RESPUESTAS POSITIVAS


        Los “abre puertas de la comunicación”. Son una potente técnica para facilitar que sus hijos hablen. Los “abre puertas” de la comunicación son formas sencillas de expresión para invitar al otro a hablar.

        Algunos ejemplos podrían ser:

                    “Ya veo como te sientes” “¿De verdad?” “¿En serio?”.
                    “Mm hmmm” “¡No me digas!”.
                    “¡Sí!” “Sigue...” “¿Lo hiciste?, ¡qué bien!”.
                    “¡Qué interesante!” “¿Eso te pasó?, cuéntame”.
                    “¿Te gustaría hablar sobre ello?”.
                    “Me gustaría escucharte”.
                    “Sigue, cuéntame más”.
                    “Me gustaría conocer tu punto de vista”.
                    “Parece que eso es muy importante para ti”.
                    “Discutámoslo, ¿vale?”.


        Los “abre puertas” invitan al niño a compartir sus propias ideas, juicios y sentimientos con los padres. Estos “abre puertas” facilitan la comunicación por cuanto:

– estimula la comunicación
– mantiene la comunicación
– no produce desviación en el mensaje y el tema


        En definitiva, producen el efecto contrario que los consejos, las críticas, las culpas y los comentarios descalificadores. El rechazo de los sentimientos del otro (por críticas, descalificaciones etc.)  da origen a unos efectos destructivos para su personalidad, así como para las relaciones:

– Hace que se calle.
– Se pone a la defensiva, se resiste a hablar.
– Le hace discutir, contraatacar.
– Le hace sentirse inadecuado, inferior.
– Le hace sentirse enojado, resentido.
– Le hace sentirse culpable, frustrado.
– Le hace sentirse incomprendido.
– Hace que disminuya su autoestima.



d) Padres aceptantes - Padres rechazantes

Características de los padres y las madres aceptantes

Características de los padres y las madres rechazantes

– Seguridad interior.
– Alta tolerancia.
– Contento de sí mismo.
– Independiente del entorno.

– Rigidez interior.
– Poco receptivo.
– Muy exigente con los demás.
– Dependiente del entorno.


        La aceptación está en función de las características de los padres, pero también de las características del hijo/a; es decir, si el niño/a es:

– Hiperactivo/a o tranquilo/a.
– Agresivo o pacífico.
– Abierto o cerrado.
– Sano o enfermo.
– Niño o niña.
- Etc.


        Son normales las pequeñas diferencias de aceptación entre los padres, porque también los padres son diferentes entre sí.

        En resumen, alcanzar un alto grado de aceptación da lugar a un óptimo desarrollo y crecimiento personal: seguridad, confianza, deseo de superarse, cambios constructivos, aprendizaje de resolución de problemas, apertura, sinceridad, confianza, desarrollo de la autoestima, etc.


e) La propiedad del problema

        Cuando hay un problema en la relación padres-hijo tienen lugar tres situaciones:

1.           El niño posee el problema. El niño tiene un problema porque algo le impide satisfacer una necesidad. No es un problema de los padres, pues el comportamiento del niño no interfiere en sus propias necesidades.

Por lo que en estos casos se hace necesario y muy recomendable utilizar la herramienta de la escucha activa.

2. No existe ningún problema en la relación. El niño satisface sus propias necesidades y su comportamiento no interfiere con las necesidades de sus padres.

3. El padre o madre posee el problema. El niño satisface sus propias necesidades pero el comportamiento es un problema para el padre o la madre, ya que interfiere en la satisfacción de alguna necesidad de éste.

        Para enfrentarse al comportamiento inadecuado de los niños se pueden utilizar:

a)   Formas ineficaces:

“Mensajes-solución”
“Mensajes humillantes”

Frecuentemente los padres no esperan a que el niño inicie un comportamiento determinado, sino que, incluso adelantándose, le dicen lo que debería, podría o tendría que hacer.


Son aquellos mensajes que comunican vergüenza, juicio, ridículo, crítica o culpabilidad.


b)   Formas eficaces:
“Mensajes-YO”

Cuando los padres dicen cómo se sienten a causa de algún comportamiento inaceptable del hijo, el mensaje se convierte en un mensaje “yo”. Por ejemplo: “me siento mal cada vez que gritas de esa manera”.

Este tipo de mensajes conllevan grandes ventajas, pues:

• Tienen muchas menos posibilidades de provocar resistencia y rebeldía.

• Ayudan a que el niño madure, a que aprenda a asumir la responsabilidad de su propio comportamiento.

• Son sinceros, se refieren a uno mismo y tienden a influir en el niño, para que transmita mensajes igualmente sinceros cada vez que sienta algo.